Nacimiento sucesivo
La encarnación sucesiva y progresiva de las almas es una ley natural que rige la existencia y el tránsito de las almas en la dimensión visible de la Creación. Como los cuerpos físicos son perecederos y mueren con el tiempo, las almas alternan la existencia en la vida terrenal con intervalos de tiempo en los cielos de la eternidad. El tiempo entre morir y nacer en un nuevo cuerpo es más largo o más corto, sufriente o feliz, dependiendo del estado moral / espiritual de cada alma. Cuando nace de nuevo, el alma anima a un nuevo personaje, de acuerdo con los propósitos del Dios Eterno.
El alma surge en la Creación cuando es generada por el Dios Eterno en el momento en que se creó el universo. Separándose del seno Divino, se sumerge en un sueño profundo, cuyo despertar será a la vida de comunión íntima con el Creador. Los rudimentos de la ley de la encarnación sucesiva se pueden encontrar en algunos relatos bíblicos. No es un principio doctrinal, sino una ley de Dios, porque toda la Creación está sujeta a la progresividad. Tal ley no aparece en la Escritura como aplicable a la realidad de la gente común, ya que al momento de escribir esto el hombre no tenía desarrollo intelectual y científico para imaginar tal posibilidad.
La encarnación sucesiva de almas explica y subyace a la existencia de la historia del Pueblo de Dios en muchos períodos destinados a su instrucción y aprendizaje. Los dones del alma no pueden desarrollarse en sus muchos aspectos utilizando solo el corto lapso de la vida. El nacimiento repetitivo de las almas da sentido a la existencia del Libro Sagrado en sí mismo y al cumplimiento de sus promesas. Sin la ley de la encarnación progresiva, la generación de un tiempo presente no tendría conexión con las generaciones pasadas, sin dejar solución de continuidad. Las Escrituras dicen: “Te levantarás en tu simiente”, señalando que el alma continuará existiendo en el futuro, naciendo en miembros de generaciones sucesivas.
Es indispensable no confundir la encarnación sucesiva con la reencarnación, el principio espiritualista que guía a las sectas reencarnacionales. En sucesivas encarnaciones, en algún momento de su historia, el alma es salvada por la acción Divina. En el concepto secular de la reencarnación, el alma encuentra su salvación por sí misma, lo cual es un principio contradictorio del significado general de las Sagradas Escrituras.
Como la ley general del universo, la encarnación sucesiva de almas responde a todas las dudas sobre la existencia del alma, su origen, trayectoria y futuro. Sin considerar tal principio, cualquier enseñanza teológica es incompleta e irracional. La encarnación magnifica el alma y al Dios Eterno mismo, haciendo que el hombre comprenda su eternidad en el tiempo y el espacio, dejando de ser solo un cuerpo material, viviendo por un tiempo, asumiendo que es de naturaleza Divina y que existirá eternamente.
